Sistemas Energéticos
Los sistemas energéticos en el deporte representan las vías metabólicas a través de las cuales el organismo obtiene energía para realizar el ejercicio. También se pueden definir como las diferentes maneras que tiene el organismo para suministrar ATP a los músculos.
En todos los esfuerzos físicos interviene siempre la molécula
fundamental en la producción de energía: el ATP (adenosintrifosfato).
El músculo esquelético dispone de cinco moléculas de las que obtener energía:
el ATP, el fosfato de creatina, el glucógeno, las grasas y las proteínas. El
sistema de los fosfágenos (ATP y fosfocreatina) sólo es capaz de
suministrar energía durante unos pocos segundos. Su relevo lo coge el
metabolismo anaeróbico a través de las glucolisis anaeróbica, su máximo se
encuentra alrededor de los dos minutos; y, el tercer sistema energético es el
aeróbico de duración más larga.
3 sistemas energéticos en deporte
Los tres sistemas de
energía en deporte se van solapando, dependiendo de las demandas
energéticas del deportista.
1. Sistema de los
fosfágenos
2. Glucólisis
anaeróbica
3. Sistema aeróbico u
oxidativo
Cuando se trata de ejercicio y entrenamiento
deportivo, es importante saber de cuál sistema de energía está recibiendo
ATP para que sepas cómo entrenar de manera eficiente
¿Qué es el ATP?
ATP es la abreviatura de Adenosin Trifosfato o
Trifosfato de Adenosina, y se trata de una molécula compuesta.
Todos los organismos vivos recurren a este sustrato
como fuente energética primaria. Los depósitos energéticos de ATP no son muy elevados, de ahí que sea constantemente
renovada y resintetizada. (reelaborada)
La descomposición de
ATP para producir energía se denomina hidrólisis, ya que requiere agua, dando
como resultado una nueva molécula, denominada ADP (Difosfato de Adenosina).
El ADP
puede volver de nuevo a convertirse en ATP (fosforilación) y por
consiguiente, reusarse, lo que se conoce como el ciclo ATP/ADP. Para llevar a
cabo este proceso se requiere de energía
El ATP está constantemente siendo reciclado por el cuerpo, de modo que se necesitará
el soporte energético para que dé lugar a esta reacción continua. Cuando
realizamos una actividad física, en función de la intensidad, el cuerpo reclamará un cierto ritmo para
evitar la demora en el suministro energético.
En tal caso, a mayor intensidad, dicha necesidad se hará mucho más notable, y si nuestra capacidad física es limitada, el
rendimiento será el mayor perjudicado. Si existe la presencia del oxígeno en
este proceso, estamos ante el metabolismo aeróbico, y sino hay
oxígeno, el metabolismo anaeróbico.
Con lo anterior, nos podemos hacer
una idea de que, precisamente, el tipo de sustrato energético
será el que gobierne sobre la velocidad a la que se puede reclamar la deuda de
ATP, es decir, el ritmo en el que se produce el intercambio
energético
ATP y Sistemas de Energía
El cuerpo necesita energía para
realizar el trabajo, ya sea sentarse, caminar o realizar trabajos intensos
Esta energía viene en forma de ATP. La rapidez con que
nuestro cuerpo puede hacer del uso de ATP estará determinado por los tres sistemas de energía cardiovasculares: para
producir ATP, el cuerpo solventará esta demanda basándose en la urgencia del
cuerpo y la cantidad que necesita.
Sistemas Energéticos y Cómo funcionan
Entre la serie de desafíos físicos que todo deportista de alto
rendimiento debe enfrentar, el manejo de la energía es uno de los más importantes
Durante el transcurso de una actividad física, existe un período en que nuestro
cuerpo pasa de un estado basal a un estado de activación, momento en que se
ponen en marcha una serie de procesos fisiológicos – conocidos como sistemas
energéticos – que resultan fundamentales para mantener la intensidad y hacer
frente a la demanda impuesta.
Estos sistemas energéticos representan
las vías metabólicas a través de las cuales el organismo obtiene energía para
realizar un trabajo.
Como se ha visto, en todo esfuerzo físico interviene
siempre la molécula fundamental en la producción de energía conocida como ATP
(adenosintrifosfato). El ATP es generado a partir de la síntesis de los
alimentos por tres sistemas de energía:
Sistema anaeróbico aláctico o sistema del fosfágeno
En este sistema, la obtención de energía se realiza capitalizando las
reservas de ATP y de fosfocreatina (PCr) presentes en el músculo
Por esta razón, representa la fuente más rápida de obtención de energía y se
utiliza en movimientos explosivos donde
no hay tiempo para convertir otros combustibles en ATP.
El sistema anaeróbico aláctico tiene dos grandes
ventajas:
1.
No
genera acumulación de ácido láctico en los músculos y
2. Produce un gran aporte de energía permitiendo realizar
ejercicios a una intensidad máxima, pero durante un
tiempo corto (no más de 8-10 segundos).
Un claro ejemplo de un tipo de entrenamiento donde se
recurre mayormente hacia este sustrato sería el HIIT
o ENTRENAMIENTO
INTERVALADO DE ALTA INTENSIDAD.
Los esfuerzos de máxima demanda y de breve duración
utilizan este sistema
Otro ejemplo de actividad física
demandante donde está fuertemente implicado este sistema sería en un sprint 100 mts o en un levantamiento
de halterofilia
Sistema anaeróbico láctico o glucólisis anaeróbica
Este sistema representa la fuente energética principal
en aquellos gestos deportivos de alta intensidad
Cuando las reservas de ATP y PCr
se agotan, el músculo resintetiza ATP a partir de la glucosa en un
proceso químico de degradación denominado glucólisis.
El sistema anaeróbico proporciona energía suficiente como
para mantener una intensidad de ejercicio desde pocos segundos hasta 1 minuto.
Su mayor limitación es que, como resultado metabólico
final, se forma lactato,
una acidosis que limita la capacidad de realizar ejercicio produciendo fatiga
muscular.
Es por ello que el despliegue de este mecanismo es muy
importante para los deportistas, ya que son capaces de adaptarse fisiológicamente
y desarrollar tolerancia a este compuesto
Para contrarrestar este efecto durante la actividad
física, se puede recurrir a sustancias que actúan a modo de buffer «tamponando»
el lactato además de ayudar a mejorar la excreción de otros residuos
metabólicos derivados del proceso anaeróbico.
Sistema aeróbico u oxidativo
Cuando disminuyen las reservas de glucógeno debemos
hacer uso de nuestro sistema oxidativo,
en el que el músculo utiliza como combustible químico
el oxígeno, los hidratos de carbono y las grasas.
Este sistema representa la forma más lenta de obtener ATP, pero puede
generar energía durante muchas horas por lo que interviene
cuando una persona realiza esfuerzo físico durante un tiempo prolongado.
Tal vez el hecho de que esta actividad
conduzca a un largo periodo de entrenamiento, la mejor opción a la hora de
optimizar nuestra recuperación será por medio de una correcta hidratación, devolviendo a nuestro organismo el nivel de
minerales adecuado
Conclusiones
Resumiendo, tenemos dos sistemas de energía que funcionan sin oxígeno (anaeróbicos) y
un sistema que requiere una entrada constante de oxígeno (aeróbico),
con niveles muy diferentes de liberación de energía
Estos tres tipos de fuentes energéticas se mantienen activas de forma simultánea en todo momento.
Sin embargo, existirá cierta predominancia de
una sobre otra dependiendo estrictamente del tipo de actividad que estemos
realizando, su duración y la intensidad de la contracción muscular, entre otras
cosas.
Así es como cada cuerpo precisará de un aporte
particular de sustrato energético, dependiendo de
la actividad en curso.
Lo ideal es conseguir la suficiente flexibilidad metabólica, para utilizar de manera
eficiente los distintos mecanismos que ofrece nuestro cuerpo
Los corredores de maratón saben que sus posibilidades
de acabar los 42 km están relacionadas con un correcto entrenamiento y una
espléndida planificación deportiva.
Esto les permitirá administrar la energía de manera
eficaz y estar preparados para hacer uso de los triglicéridos como principal
sustrato energético
Un corredor de 400 m, en cambio,
mantendrá un balance favorable hacia la vía glucolítica para
acabar dándolo todo, mientras que un corredor en un sprint de 100 m hará uso
del sistema de fosfocreatinas
Clasificación deportes en función sistemas energéticos
Atendiendo a la vía metabólica
principal que utilizas cuando realizas tu actividad física puedes distinguir
entre: deportes en los que se desarrolla principalmente la potencia, deportes
en los que predomina la resistencia y deportes que combinan resistencia y
potencia. Según el deporte que practiques tendrás distintas necesidades
metabólicas y requerimientos nutricionales.
Deportes de potencia
Los deportes de potencia son
disciplinas de carácter explosivo que implican distancias y tiempos
cortos. Si es tu caso, eres un “deportista anaeróbico” y tu éxito dependerá
de la velocidad y la fuerza.
La halterofilia, la lucha, la gimnasia (en todas sus disciplinas), el atletismo
de pista y velocidad, la natación (distancias entre 50 a 400 metros), el
crossfit o el rugby son deportes de potencia.
Estos deportes dependen del metabolismo anaeróbico que utiliza como principal
fuente de energía los fosfágenos (ATP y fosfato de creatina)
y el glucógeno muscular sin necesidad de oxígeno. Cuanta más
potencia y velocidad necesites para tu deporte, más dependencia de ellos
tendrás.
Deportes de Resistencia
Los deportes de resistencia son
atletismo de fondo (carreras de más de 10.000 m, maratón, marcha…), triatlón,
natación de larga distancia, ciclismo…. Su vía metabólica principal es aeróbica
(en presencia de oxígeno).
Para estos deportistas el objetivo es ser capaz de captar y aportar el
suficiente oxígeno a sus músculos para facilitar el esfuerzo físico.
Realizan la mayor parte del tiempo de entreno y/o competición trabajo por
debajo de su capacidad máxima de oxigenación (umbral anaeróbico), sin
acumulación de ácido láctico.
El objetivo del entrenamiento es tolerar mejor los niveles de lactato
(reutilizarlo) y aumentar el umbral anaeróbico (desarrollo de la resistencia
aeróbica). Así, mejoras tu capacidad para quemar grasas como principal
combustible reduciendo la dependencia de los hidratos de carbono.
De todos modos, los hidratos de carbono siguen siendo la fuente limitadora de
energía en los deportes de resistencia (glucógeno muscular y hepático), porque
la capacidad de quemar grasas a nivel mitocondrial debe ser activada durante
los entrenamientos con el consumo de grasas insaturadas
Los problemas más frecuentes a los que te puedes enfrentar si practicas alguno
de estos deportes son: síndrome de exceso de entrenamiento, lesión por
sobrecarga y mala planificación dietética.
Recuerda beber frecuentemente aunque no tengas sed.
Deportes mixtos (resistencia y potencia)
En algunos deportes se
trabaja intermitentemente a alta intensidad, por lo que la obtención de energía
alterna los sistemas energéticos en deporte. Baloncesto, balonmano, patinaje
artístico, fútbol, waterpolo o tenis son deportes mixtos.
Aunque la actividad dure menos de 60 minutos, el cuerpo demanda un gran aporte
calórico, por eso debes cuidar muy bien tu planificación dietética, teniendo en
cuenta las características de tu deporte, tu volumen de entrenamiento y la
duración y planteamiento de tu temporada.
El Nutricionista Deportivo debe preparar estrategias de alimentación que
estimulen el mantenimiento de tu masa muscular durante las temporadas largas e
intensas, para evitar la aparición de fatiga en momentos críticos de la
competición y/o de la temporada. El conocimiento de los sistemas
energéticos en deporte es de
gran ayuda.
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